El cronista y el hombre de empresa
Famosas fueron las crónicas que don Rubén escribe en su juventud acerca de política, economía y artes, sin contar trabajos meramente literarios que firmaba con el seudónimo de Pablo Elzear. La oratoria fue otra faceta de su personalidad. Desde sus tiempos de estudiante preparatoriano se distinguió por su facilidad de palabra. Todas esas facultades literarias y periodísticas las sacrificó para consagrarse a la administración y gerencia del “Diario”, como segundo de a bordo de su insigne padre. Fue un hombre de empresa, ágil y moderno
Entre sus crónicas deportivas destaca su versión del segundo encuentro Dempsey-Tunney en Chicago el 22 de septiembre de 1927, cuando aún no había teletipos ni transmisiones por radio, así como sus comentarios a la escena de los últimos tiempos de Virginia Fábregas.
Con la aplicación de sus capacidades administrativas y de mando en “Diario de Yucatán”, el periódico alcanzó una perfecta organización, un movimiento uniformemente acelerado hacia el futuro. Don Rubén siempre estuvo pendiente de todo aquello que contribuía a mejorar técnicamente al “Diario”.
Fue socio fundador de la Asociación de Editores de los Estados, que hasta la fecha reúne a importantes periódicos independientes de la provincia. Varias veces fue electo presidente de esa agrupación, de la cual fue su secretario hasta poco antes de morir.
1965
es-mx
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