Desde los palacios del Ejecutivo y Municipal, la policía del Estado ametralla a obreros y campesinos que protestan por un conflicto con el gobierno, el cual motiva manifestaciones y huelgas. El saldo es de siete muertos y 17 heridos ese día. Con tal motivo, el comandante de la Zona Militar, general Otero Pablos, se hace cargo de la situación.

En sesión extraordinaria, el Congreso del Estado concede al gobernador, Lic. Fernando López Cárdenas, licencia indefinida que solicita luego de los sucesos. La Legislatura designa gobernador al Ing. Florencio Palomo Valencia, quien al tomar posesión hace un llamado para que cesen la agitación y la desconfianza.